martes, 14 de febrero de 2012

Puerto Madryn, 1946-1948: la pesca.






Puerto Madryn, 1946-1948: la pesca.

                Sabíamos que la historia de Hans Christian Bertram y Frieda Grimm era larga, dura, de caídas y levantadas, de mucho sacrificio, lágrimas, sudor y hasta sangre. Pero nunca tan dura. Cuando uno la escribe se agota por compartirla. Ni nunca pensamos que tan larga. Llevaban nueve años de matrimonio y todo recién comenzaba. Todas las dificultades por delante.

                En 1946 Puerto Madryn era un puerto dedicado a la pesca del cazón. Al cazón se le sacaba únicamente el hígado -del que se extraía la vitamina A- y el resto se volvía a tirar al mar.
                El boom de ésta actividad pesquera era tan grande, que a Puerto Madryn arribaban cualquier tipo de embarcación. Así gente sin experiencia en el mar intentaba pescar con cualquier cosa. Lanchas aptas para navegar en el Tigre pero no  en alta mar y se hundían a menudo. Mucha gente en esos años murió ahogada.

                Los cazoneros necesitaban carnada para pescar, y en Puerto Madryn la colonia italiana monopolizaba la pesca de carnada (pejerrey). La pesca de la carnada era una actividad bastante rentable, por lo que Hans comenzó a pensar en el tema para ir sobreviviendo.
                Pero necesitaba un bote y una red. Así comenzó a tejer la red con la ayuda del Sr. Manggini. Todo el invierno de 1946 estuvo tejiendo. La red al fin se terminó. Su largo era de 120 metros y su alto de 5 metros: 600 metros cuadrados! Pero faltaba el bote ... !
                Pero Frieda, con habilidad comercial heredada, siempre entraba en escena cuando más falta le hacía a la familia.
                Unos meses antes había conseguido la representación de tapados de piel, de los que tenía una cantidad respetable en consignación. Tres de éstos tapados le vendió a la Familia Decaro. Y el Sr. Decaro hacía chalanas ... !

                Así Frieda cambió tres tapados de piel por  una hermosa chalana de madera de alerce a la que bautizaron Stella Maris.
                Y Hans Christian volvió a revivir. Era un hombre de mar, tenía una hermosa chalana y una red enorme. Lo único que tenía que hacer era pescar y vender la carnada. Construyeron todavía una vela para navegar hasta las playas donde pescaban, playa Paraná, el Pozo, El Doradillo, ...

                Hannes nuevamente era feliz.  Decaro, Pira, Victor del Rey, Polo García, tradicionales pescadores de carnada no se preocupaban mucho. Comentaban:
                - Qué sabe éste alemán de pesca!
                Así partió la primera noche.  Pescaban según la luna, cuando ésta se escondía, ya que con ella no podían hacer lances, y la marea debía estar subiendo. Y volvió su primer mañana con la chalana llena para sorpresa de la competencia! Y los compradores lo esperaban y pagaban al contado con cheques del Banco Nación Argentina, que inmediatamente cobraban.

                Oh ! las cosas mejoraban de a poco para alegría de todos. Pronto pudo comprar un motor fuera de borda, un Archímedes de 8 HP.
                También se agregaron a la pequeña empresa Enrique Vilar y Gonzales Marzo con quienes compartía el negocio. Pedro era muy pequeñito para ayudar y Hans sólo no podía hacer los lances. Distribuían los ingresos quedándose con una parte Marzo, una Vilar, una Hans, una el bote y la red y otra el motor. De modo que Hans, cómo propietario, recibía 3 partes.
                Así trascurría finales de 1946 y 1947. Pero la guerra había terminado, los requerimientos de vitamina A disminuían y los científicos habían logrado sintetizarla, por lo que no se necesitaba tanta cantidad de hígado del cazón.
                Por otra parte el cazón es una especie que emigra y había desaparecido del Golfo Nuevo y sus alrededores. Se había instalado más al norte, en la Bahía San Blás.
               
                 Además los cazoneros hacían números. Comenzaron por lo tanto a pescar sus propias carnadas. Por economía y necesidad: era imposible volver a Madryn de tan al norte para buscarla. Hicieron sus redes de arrastre y pescaban merluza de carnada.
                El boom del cazón en Puerto Madryn se apagaba. El negocio de la carnada y la chalana Stella Maris no podía seguir porque no había compradores.

                Así nuevamente una dificultad para la familia. La Stella Maris fue subida a la playa y Hannes se embarcó en la Santa Mónica, cómo tripulante, cazonero que operaba en Bahía San Blás.
                Frieda estaba embarazada de casi 5 meses, de quien nacería finalmente el 23 de abril de 1948, Juan Carlos. No le agradaba la idea de que Hans se embarcara, pero al fin algún trabajo tenía que hacer.

                Fines de 1947, el Santa Mónica y unos 30 pesqueros más, se ocupaban del cazón en Bahía San Blas, mar adentro, entre la desembocadura del Río Colorado y la del Río Negro.            
                El barómetro bajaba muy rápido. Presagio de alguna tormenta. El capitán de el Santa Mónica, otro marino alemán, lo comentó con Hannes. El viento sur soplaba cada vez más fuerte. Pero la flotilla de pescadores seguía con la pesca.
                El temporal se desató más rápido de lo que nadie imaginaba. El viento arreciaba fuertísimo contra las pequeñas lanchas. Temporal del sur cómo pocas veces habían pasado. El oleaje aumentaba de tamaño, hasta que cada lancha parecía una hojita de papel.
                El barómetro seguía bajando aún más. La pesca se suspendió. El capitán del Santa Mónica se comunicó con la lancha vecina:
                - No vamos a poder volver a la costa!
                - Sí -le contestó el otro marino- yo vuelvo a la costa!
                - Hans! gritó el capitán llamándolo al pequeño puente.
                Se entendían bien en alemán, y, además, eran marinos avezados.
                - Hans, estos tipos están locos. No van a llegar a la costa con esta marejada en contra. Yo pienso que debemos navegar al norte, a favor del oleaje. Esto no va a terminar por dos o tres días!
                - Estoy de acuerdo. No van a llegar a la costa salvo que amaine el viento y el oleaje.
                Así navegaron a favor del viento sur, a favor de las olas, hacia el norte, lo que si bien no era nada agradable porque el temporal fue el más fuerte que se conoció en muchos años en las costas patagónicas, finalmente atracaron en Bahía Blanca sanos y salvos.
                Diez y siete lanchas se hundieron. Casi todos los que trataron de volver oleaje en contra a la costa. Decenas de marinos ahogados. Noticias en todas las radios y diarios del país.

                Frieda en Puerto Madryn no tenía noticias de Hannes. Ya estaba suponiendo lo peor. Dos días antes de éstas tristes noticias la habían visitado de Diego Meyer y Cía. para ofrecerle si Hannes quería oficiar de "contador" de la firma, con sueldo y casa!
                Hannes se habría ahogado? Ahora que había otro trabajo en tierra firme y ella embarazada! Pero sabía que algunas lanchas no se habían hundido y sabía muy bien de que Hannes era muy buen marino. Tenía una angustia inmensa pero no perdía las esperanzas.
                - Cartero! Golpeó aquel muchacho la puerta.
                - Telegrama señora! De su esposo! El correo en Madryn no tenía secretos.
                "Querida Frieda :
                Estoy bien. Navegamos con el Santa Mónica a Bahía Blanca. La subprefectura no nos permite partir por cuestión de jurisdicciones. Te escribiré. Cariños Hannes."

                La burocracia argentina. Cómo el Santa Mónica no había partido de Bahía Blanca, la telaraña la envolvió: más y más papelerío, expedientes, explicaciones ... no se podían mover.
                 Rápido Frieda contestó:
                "Hannes:
                Por favor regresa a Puerto Madryn por tierra pronto. Te han ofrecido trabajo de contador en Diego Meyer y Cía. Te extrañamos mucho Frieda. "
                Así terminó la pesca cómo medio único de subsistencia de Hans. Porque más adelante cómo verán lo siguió haciendo los fines de semana en la Ana Isabel.

                Hans se despidió de la tripulación del Santa Mónica y partió en tren a San Antonio Oeste y de allí en "colectivo" a Madryn, donde el reencuentro con la familia alivió las angustias, alegró los corazones de todos ... menos de Hannes que de "contador" no sabía nada y estar encerrado en un escritorio era para él lo mismo que estar preso en Porto Alegre. Pero Frieda sabía convencerlo y las oportunidades no se dan dos veces en la vida.
                Así Hans Christian el 1º de enero de 1948 comienza su trabajo en Diego Meyer y Cia. Cómo "contador". 


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